lunes, 10 de junio de 2019

Los retos y saberes de la educación básica en la era de la complejidad, la diversidad y la incertidumbre



Introducción
Sin lugar a dudas el siglo XXI corresponde a una era en la que el contexto educativo en el nivel básico, se encuentra en constante evolución; ser tradicional o innovador se ha convertido en una apuesta hacia la mejora continua en los procesos de enseñanza y aprendizaje, donde la innovación se ha de anteponer a cualquier paradigma educativo si queremos adaptarnos a los retos que exige la sociedad.
En el presente ensayo se presentan algunos indicios acerca de los retos y saberes necesarios en la educación, tomando como directrices la complejidad, la diversidad y la incertidumbre, además de retomar la profundización de desigualdades y fragmentación sociocultural, el analfabetismo tecnológico que este a su vez, incrementa las brechas del conocimiento, todo ello representan los desafíos actuales que la escuela, los profesores y demás actores implicados en la acción educativa se ven afectados en el proceso del cambio y la mejora.
En este mismo orden de ideas los propósitos que se pretenden reconocer y enfatizar son: la problematización los desafíos, los saberes, teorías, enfoques y perspectivas que la guían e identifican en los contextos actuales. Por otra parte, se ha de reconocer la necesidad de replantear en modo reflexivo a los modelos actuales de la enseñanza, así mismo, observar de manera crítica y propositiva los referentes para el cambio y la mejora en la educación básica.
 Con base a lo anterior, se ha de involucrar de manera pertinente y puntual los desafíos de la educación en el presente, los saberes necesarios que exige la sociedad del siglo XXI como aprender a vivir juntos, aprender a aprender y la construcción de aprendizajes relevantes, para ello, se ha de observar desde una óptica reflexiva a las teorías y perspectivas: cognitivista, artística, comprensiva y sociocomunicativa, los paradigmas y perspectivas también ha de formar parte de esta amalgama del conocimiento, y que serán sometidas a la observación reflexiva, la complejidad, el aprendizaje situado y los propósitos de la formación docente, siendo además parte de esta revisión minuciosa, los enfoques de las competencias desde la perspectiva comprensiva, constructiva y holística.
Toda esta matriz conceptual, permitirá alcanzar el cambio en la escuela básica, la función docente, el currículo y los modelos actuales de enseñanza y aprendizaje.
Si bien, la práctica docente, particularmente en la educación básica, ha sido testigo de cómo los estudiantes no muestran interés por las clases debido a que no se involucran con el conocimiento que se les ofrece o porque no saben en que aplicar dicho conocimiento. Es menester de los profesores facilitar que los estudiantes aprendan por sí mismos, que surja esa necesidad de aprender.
Lo anterior debería de lograrse siendo innovador en el aula, sin embargo, la innovación es ir más allá que los docentes apliquen algo nuevo en el aula de clase, como el uso de computadoras o medios virtuales, o cambiar los libros por los foros o blogs. Innovar también significa cambiar el pensamiento por uno crítico, analítico y reflexivo, generar otros ambientes de aprendizaje colaborativo y cooperativo permitiendo el aprendizaje grupal, y dicho sea de paso mejorar la interacción entre profesores y estudiantes.
En este sentido, se comete, el error de concebir a la innovación como el empleo de las TIC, en tanto se sigue haciendo lo mismo con las herramientas tecnológicas. Innovar significa entre otras cosas, utilizar la evolución de las ciencias de la educación de la mano de las TIC, además ser entendida como “un conjunto de procesos, decisiones e intervenciones con su grado de intencionalidad y sistematización” (Carbonell, 2002, p. 11). Todo ello no es en modo alguno tarea fácil, ya que se requiere de constancia y tiempo para hacerlo una realidad palpable.
Ser un profesor innovador, debe suponer romper las barreras de las prácticas pedagógicas tradicionales, proponiendo y ejecutando propuestas alternativas a los problemas pedagógicos, enfrentar los retos y desafíos que exige la educación del siglo XXI
Como profesor es importante conocer la metodología tradicional, los enfoques, los paradigmas, teorías y perspectivas y emplear la innovación aunado a un pensamiento crítico, analítico, reflexivo y propositivo para establecer estrategias y alternativas de aprendizaje vinculadas con la innovación, de tal modo que se favorezcan las condiciones del aprendizaje en los contextos actuales.
Desarrollo
Innovación en la enseñanza
Partiendo de la premisa, que la innovación se vincula con el cambio, en el contexto de la educación, se ven involucrados diversos sujetos, tanto la institución, los profesores y los estudiantes. Por lo antes expuesto, la innovación requiere comprender sobre nuevas alternativas como resultado de involucrar a las tecnologías de información y comunicación, permitiendo otras formas de accionar. Respecto a la innovación, Carbonell (2002) propone una definición “como la serie de intervenciones, decisiones y procesos, con cierto grado de intencionalidad y sistematización que tratan de modificar actitudes, ideas, culturas, contenidos, modelos y prácticas pedagógicas” (p. 17).
Cabe mencionar que la puesta en marcha de éstas alternativas, se presentan en la práctica docente en el nivel básico, sin embargo, en modo alguno no debe entenderse como un accionar exclusivo de éste. Al respecto se ha observado en docentes del nivel referido que, al aplicar la innovación, encuentran resultados parciales, que en ciertas ocasiones resultan ineficaces a la hora de alcanzar los objetivos. “…las innovaciones más sólidas y profundas encuentran sus puntos de referencia en el pensamiento y en las prácticas de las pedagogías progresistas, muy críticas tanto con el modelo de la pedagogía tradicional como con las pedagogías activas psicologistas y espontaneístas”. (Carbonell, 2002, p. 11)
Actualmente la sociedad del conocimiento presenta su impacto en el terreno educativo al vincular las tecnologías de información y comunicación, ya que de acuerdo a Díaz-Barriga (2005) “éstas replantean el ejercicio de enseñar ” (p. 25). Es importante mencionar que dichas tecnologías no resuelven todos los problemas del contexto educativo. Al respecto, sí es posible capacitarse en competencias y habilidades tecnológicas, suponiendo todo ello solo una parte, ya que debe priorizarse el análisis y la discriminación de la información relevante para presentar una crítica a la misma, en este contexto “la capacidad de discriminación se vuelve mucho más relevante” (Díaz-Barriga, 2005, p. 26).
Algunos alumnos adolecen del desarrollo de las habilidades de síntesis y redacción por lo que se dedican solo a copiar/pegar información.
Con estos supuestos sobre la búsqueda y uso de la información, Carrión (2007) indica que:
La información sólo se convierte en conocimiento cuando un individuo encuentra un significado en los datos y les da un sentido. Este proceso, a su vez, transforma la misma información en tanto que es resignificada y reinterpretada a la luz de la experiencia que se tiene con ella. (p.3)
En este sentido, cabe hacer mención que, en el contexto actual, la innovación, es una posibilidad para la inclusión de las tecnologías de información y comunicación, tomando en consideración que “las innovaciones que parten desde abajo, desde el propio colectivo docente, tienen más posibilidades de éxito y continuidad que las que emanan desde arriba” (Carbonell, 2002, p. 27). La innovación que está orientada al campo de la educación viene a significar según Carrión (2007), “mejorar lo que ya existe en el sentido señalado por los ambientes sociales y laborales del mundo de hoy y del futuro próximo” (p. 6).
De ahí, que presente una invitación a regresar al “ámbito de la didáctica” con el propósito de que el profesor se encuentre en posición de discutir, proponer, analizar y defender su actuar docente desde una mirada reflexiva que permita enfrentar los desafíos y poner en acción los saberes necesarios para la educación básica del presente siglo.

Concepciones didácticas entre la teoría y la práctica
En el marco de las observaciones anteriores se ha de mencionar que, los objetivos de aprendizaje: comprender y valorar las perspectivas fundamentales del conocimiento didáctico y su proyección en la mejora de la práctica docente, se han de “interpretar las diferentes concepciones de la Didáctica y construir un marco propio de reflexión e indagación de la teoría y la práctica didáctica” (Medina y Salvador, 2002, p. 41). Lo anterior supone que, la didáctica se ha de vincular estrechamente entre la teoría y la práctica en el ejercicio docente, proyectado sobre un beneficio en la mejora del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Para tales fines la didáctica requiere de un marco epistemológico, un núcleo representativo de programas, líneas y núcleos de investigación, la aplicación, diseño del currículum o del proceso de enseñanza-aprendizaje, en este sentido, desde la perspectiva científico-tecnológica, Medina y Salvador (2002) indican que, “una de las actividades de las comunidades científicas, es construir y consolidar el saber en torno a problemas y aspectos esenciales de los seres humanos y su realidad, profundizando en las causas y descubriendo los efectos de tales causas” (p. 43). Ante ello, resulta pertinente mencionar que, la enseñanza de los saberes, debe ir orientada a que los estudiantes apliquen los conocimientos en problemas reales de su entorno, analizando las causas y efectos que los provocan, de tal modo que sea capaz de proponer soluciones adecuadas de acuerdo al tipo de contexto donde se involucre.
El aprendizaje situado
La escuela tiene actualmente el imperativo de contribuir a que los alumnos desarrollen una inteligencia crítica, además que las finalidades de la educación como los criterios pedagógicos en vigor, remiten directamente al contexto social e implican de una u otra manera al aprendizaje situado, el cual es entendido genéricamente como una forma de crear significado desde las actividades cotiddianas de la vida diaria, todo ello es entendido como el resultado de la relación dinámica que se establece entre quien aprende y el entorno sociocultural en el que ejerce su acción o actividad.
Sagástegui (2002) propone que “todo proceso cognoscitivo ocurre a través de prácticas sociales ubicadas en un determinado contexto social y simbólico, en donde diferentes personas intervienen de manera directa o indirecta” (p. 32). De este modo la cognición se lleva a cabo en actividades desarrolladas en contacto con la sociedad y con mediaciones culturales que se ven ligadas grupalmente, lenguajes, símbolos, representaciones, medios e instrumentos. Todas estas consecuencias del redimensionamiento de la cognición son considerables para la educación.
En este orden de ideas, lo que ya estaba establecido sobre la actividad educativa escolar se trastocó, para obrar en consecuencia, objetivos y prácticas escolares requieren contextualizar la actividad, el conocimiento y el aprendizaje. De esta forma la autora refiere que la cognición situada invierte la unidad de análisis al hacer hincapié en la capacidad de la actividad social para modelar la cognición, la cual es la actividad donde los agentes, la situación, la cognición y la realidad toman forma y se constituyen mutuamente.
El carácter situado de la cognición es el reconocimiento de la naturaleza necesariamente indeterminada de la actividad humana y de su poder creador” (Sagástegui, 2002, p. 33), en otras palabras, las formas en como se asumen los problemas son dependientes del signifcado atribuido por las personas a sus experiencias y crean la forma en que sus saberes se construyen, se modifican y se ponen en juego, siempre en función de una situación concreta. El aprendizaje es siempre situado, las actividades involucradas en los contextos de experiencias mas complejos o más banales de las personas consisten principalmente en plantear dilemas y problemas.
De las competencias o el pensamiento práctico
Las competencias conductistas son fragmentadas, mecánicas y sumativas, de acuerdo a la OCDE (2002), ser competente es ser capaz de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada , de este modo el autor sigue indicando sobre las competencias como observa con PISA, la cual indica que la competencia se demuestra cuando se aplican los conocimientos adquiridos a las tareas y retos cotidianos y a los entornos extraescolares, previa valoración de distintas opciones y toma de decisiones.
Los retos educativos en la sociedad basada en la información, demuestra que la era de la información, exige competencias de adquisición, uso, análisis, creación y comunicación de la información; por otra parte, la nueva función de la escuela no consiste ya en la cantidad de información, sino la calidad de la misma. Desarrollar la capacidad de entenderla, procesarla, seleccionarla, organizarla y transformarla en conocimientos, al respecto Pérez (2008) indica que:
Los sistemas educativos, por tanto, afrontan, en las democracias actuales, dos grandes retos que están íntimamente relacionados: por un lado, consolidar una escuela comprensiva que permita el máximo desarrollo de las capacidades de cada persona, respetando la diversidad y asegurando la equidad de acceso a la educación y compensando las desigualdades; por otro, favorecer la formación de sujetos autónomos, capaces de tomar decisiones informadas sobre su propia vida y de participar de manera relativamente autónoma en la vida profesional y social. (p. 64).
De este modo no hay que olvidar que los sistemas educativos contemporáneos tienen que afrontar un inevitable dilema, apoyar en la investigación y preparar a los individuos y grupos a manejar y vivir inmersos en tales contextos de complejidad e incertidumbre.
De acuerdo a lo anterior se aborda el aprendizaje relevante, la construcción de significados y la formación del conocimiento, indicando que, por medio de la socialización la persona, desarrolla sus habilidades, conocimientos, esquemas de pensamiento, actitudes afectos y formas de comportamiento
De los siete saberes necesarios para la educación del futuro
En el contexto actual existen problemas centrales o fundamentales que permanecen por completo ignorados u olvidados, mismos que son necesarios para enseñar en el siglo XXI. De acuerdo a Morín (1999), “hay siete saberes fundamentales que la educación del futuro debería tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultura sin excepción alguna ni rechazo según los usos y las reglas propias de cada sociedad y de cada cultura” (p. 1).
De acuerdo a lo anterior, se debe situar la condición humana, la cual, no es provisional, sino que enfrenta diversos misterios concernientes a todo lo que lo rodea, incluyendo el nacimiento del ser humano. Los sietes saberes que propone son: enfrentar las cegueras del conocimiento, alimentar los principios de un conocimiento pertinente, enseñar la condición humana, enseñar la identidad terrenal, enfrentar las incertidumbres, enseñar la comprensión y cultivar la ética del género humano.
Con base a lo anterior, se puede internar con clara profundidad en los rincones secretos del ser humano y construir una serie de redes o bucles para representar el mapa de la compleja condición humana.
La docencia está preparada para la enseñanza, sin embargo, aún no queda claro el aspecto del aprendizaje y esto conlleva a conocer el aspecto humano que hace a cada individuo único e irrepetible, el cual fomenta a su vez las barreras del conocimiento




Conclusiones
Los desafíos que exigen la sociedad del conocimiento del siglo XXI, deben ser afrontados desde diversas dimensiones, comprender conceptos complicados de entender y que corresponden a procesos que han evolucionado a través del tiempo, considerar las competencias, los enfoques, las teorías, la práctica, el aprendizaje situado, la innovación, todos estos aspectos como una amalgama que contribuye al objetivo principal del proceso de enseñanza y aprendizaje.
La enseñanza debe estar situada bajo un contexto específico, mismo que de la mano de la experiencia conlleven a soluciones viables y reales, adaptando los modelos pedagógicos a las necesidades actuales. Los modelos pedagógicos que rigen el ámbito educativo actual, deben ser coadyuvados por el aprendizaje situado, mismo que involucra el entorno social, las experiencias pasadas, el desarrollo de actividades cotidianas, es decir aplicar la cognición a diversos problemas con el apoyo de la experiencia, ajustándose de una forma específica al contexto social. Esto es, un proceso único, matizado por la experiencia personal que se hace evidente en el lenguaje, en nuestras decisiones y pensamientos y sobre todo en el estilo de la interacción que construimos con los demás.

 




Referencias bibliográficas

Carbonell, J. (2002). La aventura de innovar. El cambio en la escuela. Madrid: Morata.
Carrión, C. (2007). Pedagogía para la sociedad del conocimiento. UNESCO.
Diaz-Barrga, A. (2005). El profesor de educación superior frente a las demandas de los nuevos debates educativos. Perfiles Educativos, 9-30.
Medina, A., & Salvador, F. (2002). Didáctica General. Madrid: Pearson Educación.
Morín, E. (1999). Los Sietes Saberes Necesarios para la Educación del Futuro. (M. Vallejo-Gómez, Trad.) Francia: UNESCO. Obtenido de http://unesdoc.unesco.org/images/0011/001177/117740so.pdf
Pérez, Á. (2008). ¿Competencias o pensamiento práctico? La construcción de los significados de representación y de acción. Madrid: Morata.
Sagástegui, D. (febrero-julio de 2004). Una apuesta por la cultura: el aprendizaje situado. Revista Electrónica Sinéctica,(24), 30-39. Obtenido de http://www.redalyc.org/pdf/998/99815918005.pdf







Mapa Conceptual - El currículum

El currículum que es interpretado. ¿Qué enseñan los centros y los profesores y profesoras?


La práctica docente ha evolucionado en los contextos actuales, como indica el autor, lo que transmiten profesores y profesoras no es sólo lo que hacen en el aula o en el centro con el alumnado, esto por supuesto va más allá pues el docente deberá ser lo suficientemente hábil para que, de la mano del alumno recontentextualice de manera permanente e interprete y adapte el currículo prescrito, de este tal modo que el alumno sea capaz de atender a lo que el docente enseña en clase y al mismo tiempo lo adapte en un contexto real extra áulico.
Entre el curriculum establecido y el curriculum aprendido por el alumno existe un mediador o facilitador que es el profesorado, parte fundamental en el proceso de enseñanza y aprendizaje es el docente pues de él depende mayoritariamente que los contenidos curriculares aterricen en el aula y sean aprehendidos por los estudiantes, para que esto suceda este curriculum establecido o prescrito debe ser interpretado por el pensamiento práctico del docente en términos de la reflexión sobre la racionalidad, compatibilidad, coherencia y ajuste de contenidos y tareas, así como del reequilibrio y la vigilancia epistémica del saber. Esto en la práctica, conlleva a que los estudiantes asimilen los contenidos del curriculum enseñado, aunado a las tareas, actividades, métodos y estrategias que el docente encuentre pertinentes para alcanzar dicho objetivo.
Como docente se ha de reflexionar sobre estas prácticas para la vía del desarrollo del curriculum prescrito, es decir, el docente pondrá a prueba sus conocimientos y su pensamiento práctico para ajustar los contenidos, formas, métodos y estrategias, adaptarlos a los contextos dentro del aula o la institución.
En este orden de ideas, el autor indica que el currículum es el resultado de un largo proceso de codificación histórica, política, cultural, económica y administrativa, sin embargo la actividad docente transcurre dentro de una institución, donde no decide su acción al vacío sino que se rige por normas de funcionamiento marcadas por la administración o por la política curricular, por los órganos de gobierno, lo cual no deja mucho a discutir. Por otra parte, no todo está dicho, la forma de enseñanza es el resultado de una amalgama entre la tradición y la innovación pedagógica.
Con base a lo anterior, los profesores hacen políticas desde abajo, lo que se entiende que rompe la línea política impuesta desde arriba, aunque dentro de algunos límites, el docente debe aplicar la formación, utilización y reconstrucción de su pensamiento analítico, crítico, práctico y reflexivo a las exigencias de cada situación pedagógica, es decir, el docente es quien toma el papel activo de dirigir el proceso, de involucrar a los alumnos a contextos dentro y fuera del aula.
Los retos que exige la sociedad del conocimiento dentro de los contextos educativos actuales, orilla a que los profesores  transpongan los contenidos culturales en contenidos preparados pedagógicamente para ser enseñados, en palabras del autor, un profesor es una persona cuya tarea consiste en ayudar al alumnado a introducirse en una comunidad de conocimiento y de capacidades, en proporcionarle algo que otros poseen ya, es algo es una selección de capital intelectual, emocional y técnico con el que cuenta la sociedad. Personalmente como docente he de recurrir a estrategias, técnicas y métodos para alcanzar estos objetivos, incluso de recursos como el tiempo, el cual no se limita solo dentro del aula, pues debemos revisar contenidos, investigar, adaptar, preparar materiales didácticos, calificar exámenes y en ciertas ocasiones dar asesoría en línea, como parte de la innovación pedagógica.
Resulta interesante saber cómo piensan los profesores, cómo actúan y por qué lo hacen, hacer visible cómo resuelven los dilemas de la práctica educativa a través de sus propias teorías implícitas, a través de sus propias historias, esto permite hacer visible el andamiaje cognitivo con el que enseñan. Cada profesor encuentra en sí mismo una forma de interpretar y accionar la práctica educativa, tomando en cuenta a los estudiantes, el entorno y el contexto en el que surjan los dilemas de la práctica educativa, de este modo el docente es innovador y propositivo ante los retos que exige la sociedad del conocimiento del actual siglo.

Recuperación histórica y consistencia en la aplicación de las normas


Introducción
Si bien es cierto, la educación es un proceso lento y graduado por el cual se transmiten un conjunto de conocimientos, costumbres, valores, actitudes, comportamientos y formas de actuar que las personas como seres humanos deben adquirir y emplear a través de toda su vida, además de aportar distintas ópticas de como se ve el mundo que le rodea, todo esto permite desenvolverse de manera participativa en sociedad.
Los elementos referidos son transmitidos por la influencia que recibimos del entorno social, durante toda la existencia, como individuos reciben estas influencias, tomándolas en cuenta conforme a predisposiciones, de esta forma se enriquece o modifica el comportamiento y valores dentro de un marco de principios personales, los cuales pueden durar toda la vida o un breve periodo.
Como se mencionó, la educación es un proceso lento y graduado, el cual va de la mano con los distintos cambios, adaptándose a las nuevas generaciones, de esto se desprende el enfoque de la aplicación de la ética, la moral y el civismo, el cual han dependiendo de las reformas educativas se han introducido con unos u otros nombres.
Comprender de estas asignaturas como la ética y el civismo conlleva a suponer que los estudiantes se están formando para vivir en un entorno de cordialidad, tanto dentro como fuera de la institución, lo cual permite rechazar tajantemente la discriminación, el racismo y la exclusividad; de este modo tanto estudiantes, personal docente como administrativo están obligados ética, moral y profesionalmente a aplicar las normas disciplinarias a fin de que el rechazo, la discriminación y el racismo cambien por la inclusión, la tolerancia y el respeto hacia los demás.



Desarrollo
La convivencia cordial entre alumnos y maestro ha sido un factor determinante para que los procesos de enseñanza y aprendizaje fluyan de óptima forma, en este sentido es imprescindible que los docentes promuevan un entorno acorde a las expectativas de los diversos grupos sociales de los que está conformada el sector educativo, al respecto Latapi (20013) refiere que “el propósito de los gobiernos republicanos al promover la educación moral de los niños y jóvenes deriva de la relevancia de las conductas morales para la convivencia y la estabilidad política” (p. 23).
En este orden de ideas, se reafirma que la conducta moral propicia mejores ambientes de convivencia dentro y fuera de la escuela, siguiendo al mismo autor, quien indica de la introducción de materias como civismo y años más tarde con el nombre de formación cívica y ética.
Ética y Moral van generalmente de la mano, de acuerdo a Cortina (1996), "ética y moral, en sus respectivos orígenes griego (êthos) y latino (mos), significan prácticamente lo mismo: carácter, costumbres” (p. 15).

Ambas expresiones se refieren, a fin de cuentas, a un tipo de saber que nos orienta para forjarnos un buen carácter, que nos permita enfrentar la vida con altura humana, que nos permita, en suma, ser justos y felices.

La ciudadanía forma parte importante en el quehacer humano, pues dentro de ella se vinculan los lazos afectivos, sociales y profesionales, sin embargo, hoy en día no solo los espacios físicos y reales permiten la convivencia, pues con la llegada de Internet y las redes sociales la interacción entre personas se ha incrementado no importando barreras como el tiempo ni la distancia, al respecto Castro y Rodríguez (2012) indican que, “comenzaron a surgir recientemente las denominadas redes sociales, que son espacios virtuales de contacto e intercambio de información entre usuarios que pueden estar en espacios físicos muy distantes entre sí” (p. 133).

Por otro lado, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917) en su artículo 3°, Fracción II, inciso C indica sobre la convivencia en la educación:
“Contribuirá a la mejor convivencia humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto por la diversidad cultural, la dignidad de la persona, la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos,”
Evidentemente se observa que la Carta Magna incluye a la diversidad cultural, estableciendo los lineamientos para el respeto de etnias, razas, individuos entre otros.  Así mismo en el artículo 39, capitulo sexto de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, establece:
“Niñas, niños y adolescentes tienen derecho a no ser sujetos de discriminación alguna ni de limitación o restricción de sus derechos, en razón de su origen étnico, nacional o social, idioma o lengua, edad, género, preferencia sexual, estado civil, religión, opinión, condición económica, circunstancias de nacimiento, discapacidad o estado de salud o cualquier otra condición atribuible a ellos mismos o a su madre, padre, tutor o persona que los tenga bajo guarda y custodia, o a otros miembros de su familia.”
Con la misma aplicación entre la Carta Magna, se incluye a los niños, niñas y adolescentes a no ser discriminados bajo ninguna circunstancia.
Por supuesto la praxis dista a veces mucho de la teoría, como el caso que presenta Trejo (s.f.) al indicar sobre unas niñas con problemas de comportamiento y que, por el mismo, fueron sujetas a burlas, rechazos, discriminación, ofensas y agresiones, caso en el cual tuvieron que ser trasladadas a otra institución, donde en la nueva escuela se les ofreció la ayuda que necesitaban y salieron adelante.
Ante situaciones problemáticas se debe aplicar las normas y a veces ajustar los lineamientos, proponer ideas y servirse del apoyo de todo el personal de la institución como de la sociedad, los directivos tanto como los docentes, deben tener el tacto suficiente para no dejarse influenciar por padres de familia que solo buscan el beneficio de sus hijos y no del colectivo en común.
Otro evento semejante ocurre cuando se exponen en el artículo de González, Jiménez, Navarro y Cruz, (21 de agosto de 2014) en el Diario Excélsior donde un niño de nueve años ataca a sus compañeros y maestros, se sale de control y es dado de baja de la institución y puesto a disposición de las autoridades con los papás del menor, en este artículo se hace énfasis que los casos de acoso escolar, los responsables son los adultos, principalmente los padres y maestros.
El acoso escolar, bullyng y hasta la discriminación en entornos escolares, explica la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal no son de competencia del Ministerio Público, sino que se trata de cuestiones administrativas que podrían ser atendidas y tratadas por el DIF.
Conclusión
La educación ha tenido avances significativos en materia de convivencia, costumbres, principios, tales que han de formar a un estudiante para cuando salga al mundo real, en este sentido, los maestros y los padres de familia tienen un papel activo importante, pues los hijos y alumnos son un reflejo de ellos, y el comportamiento que vean dentro y fuera de la escuela lo reproducirán en otros entornos.
Las medidas disciplinarias en cuanto a aplicación de normas son en algunas ocasiones de carácter subjetivas, pues los que juzgan no tienen los elementos suficientes para fallar a favor del alumno sin saber ciertamente si es culpable o no.
Se debe tomar en cuenta que detrás de un alumno agresivo, existe todo un entorno familiar, social y escolar que orilla al estudiante a tomar conductas negativas, aisladas o dañinas, esto propicia la discriminación por parte de los compañeros e incluso por docentes carentes de ética profesional.
La formación cívica y ética es fundamental para transmitir las competencias necesarias para la inclusión y la convivencia armoniosa con la sociedad, además construye ciudadanos con valores universales como el respeto, la equidad, la justicia, la libertad, la solidaridad, la diversidad y la responsabilidad, para que definan su conducta y carácter frente a la sociedad.



Bibliografía


Castro, M., & Rodríguez, A. (2012). Pensar en la educación ciudadana en el México de hoy. Perfiles Educativos, 129-141. Obtenido de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-26982012000500012&lng=es&tlng=es
Cortina, A. (1996). El quehacer ético. Madrid: Aula XXI/Santillana.
Diario Oficial de la Federación. (1917). Constitución Politica de los Estados Unidos Méxicanos. México: Trillas.
Diario Oficial de la Federación. (2014). Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. México: Trillas.
González, J., Jiménez, G., Navarro, M., & Cruz, F. (21 de agosto de 2014). Niño de nueves años hace "bullyn" a compañeros y maestros. Diario Excelsior. Obtenido de http://www.excelsior.com.mx/comunidad/2014/08/21/977433
Latapí, P. (2003). El debato sobre los valores en la esucela mexicana. Fondo de Cultura Económica, 13-38.

Trejo, S. (s.f.). Una oportunidad de luchar. Contra laexclusión y el rechazo social desde la escuela. Obtenido de http://convivejoven.semsys.itesi.edu.mx/cargas/Articulos/

Ciudadanía, Democracia y Derechos Humanos



Introducción
De forma aparente la ciudadanía, la democracia y los derechos humanos están estrechamente vinculados, aunque hay que mencionar que existen diversos puntos de tensión, estos antagonismos implican la subordinación de la democracia a los derechos humanos y por consecuencia a la ciudadanía misma.
La ciudadanía como tal ejerce múltiples dimensiones, tales como la legal y la política, sin embargo, han de coincidir en que están basadas en principios y valores que excluyen la violencia para dar paso al dialogo como medio principal para la solución de problemas, educar a la ciudadanía implica educar en valores éticos y democráticos mismos que conllevan a una convivencia libre de prejuicios y empatía.
Se hará referencia a una historia de la vida real, relatada en la película Escritores de Libertad donde una maestra pone a prueba sus capacidades para reivindicar a alumnos violentos, racistas y en completa desunión a razonar e involucrarse más en los estudios para lograr graduarse.
La convivencia debe lograrse en medios ambientes no violentos, dado que la formación de un profesional debe incluir formación como ciudadano y como persona y que la formación ciudadana como tal debe ser un acto social que se realice en todos los lugares del mundo.
Sociedades más activas y críticas y progresivamente más sofisticadas tienen a su disposición más instrumentos para canalizar sus crecientes demandas participativas en diversos espacios o ámbitos políticos.




Desarrollo
El concepto de ciudadanía implica múltiples dimensiones, en principio tiene una dimensión legal, sin embargo también representa un ideal político igualitario y una referencia normativa para las lealtades colectivas, conlleva a una relación de pertenencia con una determinada comunidad política, una relación asegurada en términos jurídicos y también significa una forma de participación en los asuntos públicos, de esta forma se considera que se trata de una condición de estatus y una de práctica política.
Al respecto Marshall y Bottomore (1998) refieren que, “La ciudadanía es aquel estatus que se concede a los miembros de pleno derecho de una comunidad. Todo el que lo posee disfruta de igualdad tanto en los derechos como en las obligaciones que impone la propia concesión” (p. 37)
La ciudadanía representa, al estatus legal que toma los derechos que el individuo puede hacer valer frente al Estado.
Conde (2006) indica que, “La ciudadanía es un estatus político, pero también es una identidad cívico política…Implica amplias exigencias a los ciudadanos, pues planteo que éstos estarán interesados permanentemente en lo político” (p. 146).

En este orden de ideas Burraxais (2007) hace alusión a que la educación de la ciudadanía promueve el dialogo excluyendo la violencia, de tal forma que los desacuerdos deben de argumentarse y pactarse mediante el diálogo.

“Educar a la ciudadanía supone una educación en valores, en valores democráticos, en valores éticos, valores que nos van a ayudar a llevar a cabo acciones que van a ser acciones morales o éticas”. (Burraxais, 2007, p. 16)

En este sentido la educación ciudadana en la escuela es una tarea que se le atribuye formalmente al profesor, sin embargo, padres y madres de familia deben reflexionar en cómo están educando a la ciudadanía desde el hogar.

De acuerdo a Sher, Shamberg y Devito (2007) en la película Escritores de Libertad, la maestra nueva en un plantel donde impera el desorden, el caos, la violencia, el racismo, la violencia y la completa desunión, logra integrar a los estudiantes desalineados intentando enseñarles un poco más de literatura, arte y algo de historia, donde ella les muestra algo del interés de los alumnos con referencia a la literatura y el arte, les hace comparar que no son nada ellos y sus pandillas con los nazis, ya que ellos dominaron grandes territorios con odio, racismo y muerte, así como las pandillas, al final, logran graduarse y superarse.
La violencia no es ajena a la ciudadanía, sin embargo, los profesores deben hacer esfuerzos por canalizar esas energías negativas y transformarlas en algo positivo.
En los años recientes ha cobrado fuerza la discusión sobre el significado de la convivencia y cómo hacerla posible en climas no violentos y apegados a ciertos principios éticos. No se trata de un interés nuevo en realidad, pero es una efervescencia en parte alimentada por el debate público sobre los entornos de creciente violencia social en México y situaciones de violencia escolar ampliamente difundidas. (Landeros y Chávez, 2015, p.15).

Los retos de la sociedad del México actual exigen tomar decisiones al respecto, la violencia debe ser excluida para dar paso al dialogo como una medida de solución de problemas.
Atinadamente Martínez (2006) indica que, “Hoy, la formación de un buen profesional debe incluir su formación como ciudadano y como persona. Aunque la realidad demuestre lo contrario, el ideal debería ser éste” (p. 88). Ante tal realidad, la ciudadanía debe inclinar la balanza hacia la razón, la ética y la justicia.

Barba (2007) refiere que, “La educación ciudadana no es una actividad social y escolar que sólo deba atenderse en las sociedades no democráticas” (p. 53). Lo que hace suponer que es una necesidad en todos los lugares del mundo. La ciudadanía y su dimensión política, acerca al individuo a la participación política ciudadana y por consecuencia a la democracia.

En palabras de Oñate, (2005) indica que, “La ciudadanía, progresivamente más sofisticada, activa y crítica tiene, por tanto, a su disposición más instrumentos —diversificados— para canalizar sus crecientes demandas participativas en diversos espacios o ámbitos políticos diferenciados muy distintos de aquellos ámbitos fusionados de acción política” (p. 119).
De tal modo que, al evolucionar el pensamiento y las necesidades de la ciudadanía, surgen diversos instrumentos de participación política en los cuales se ejerce una de las características de la ciudanía en el marco legal y político.

De acuerdo a INE COLMEX (2014), “la ciudadanía como un concepto contemporáneo “implica pensar la participación como la forma en que se materializa la noción de ciudadanía en tanto el derecho a tener derechos” (p. 21)



Conclusiones

A modo de conclusión se ha de rescatar que a pesar de que existe diversidad de culturas, religiones, etnias que tienen distintas formas de ver la vida, el respeto es algo que no debe faltar en ninguna de ellas, la formación ciudadana provee de normas, valores y ética para evitar la violencia la discriminación para atender la inclusión social.
No discriminar al diferente, al que piensa distinto, al que vive en otra cultura y en general no discriminar a nadie, porque todos somos seres humanos únicos e irrepetibles, distintos, todos tenemos rostros, maneras y formas de hacer y de vivir.
Aprender que la formación de la ciudadanía debe implicar múltiples dimensiones donde los actores del entorno social son personas que merecen ser escuchados y no agredidos haciendo uso de violencia física, verbal o psicológica.
Comprender que todos tenemos un origen distinto, un pasado que aparentemente justifica nuestras acciones, sean buenas o no. Como educadores debemos educar a la ciudadanía, en un ambiente democrático donde prevalezcas los derechos humanos, mismos que son la principal defensa de los sujetos de la ciudadanía.





Referencias



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