domingo, 13 de mayo de 2018

Mi Práctica Docente entre la Tradición y la Innovación Pedagógica





Introducción
Sin lugar a dudas el siglo XXI corresponde a una era en la que el contexto educativo se encuentra en constante evolución; ser tradicional o innovador se ha convertido en una apuesta hacia la mejora continua en los procesos de enseñanza y aprendizaje, donde la innovación se ha de anteponer a cualquier paradigma educativo si queremos adaptarnos a los retos que exige la sociedad.
En el presente trabajo se presentan algunos indicios acerca de la innovación, los cuales son referidos a cambios, reformas, sociedad del conocimiento y a la aplicación de la tecnología de información y comunicación, se incluye además lo referente al aprendizaje cooperativo, mismo que los profesores deberían de emplear como una estrategia didáctica que pretende como objetivo principal el aprendizaje significativo.
A veces como docentes presumimos el uso de la estrategia de grupo cooperativo, aunque los resultados con frecuencia no son los esperados.
Si bien, la práctica docente (particularmente en la educación superior) ha sido testigo de cómo nuestros alumnos no muestran interés por nuestras clases debido a que no se involucran con el conocimiento que se les ofrece o porque no saben en que aplicar dicho conocimiento. Es menester de los profesores facilitar que los estudiantes aprendan por sí mismos, que surja esa necesidad de aprender.
Lo anterior debería de lograrse siendo innovador en el aula, sin embargo, la innovación es ir más allá que los docentes apliquen algo nuevo en el aula de clase, como el uso de computadoras o medios virtuales, o cambiar los libros por los foros o blogs informáticos. Innovar también significa cambiar el pensamiento por uno crítico, analítico y reflexivo, generar otros ambientes de aprendizaje colaborativo y cooperativo permitiendo el aprendizaje grupal, y dicho sea de paso mejorar la interacción entre profesores y estudiantes.
En este sentido cometemos el error de concebir a la innovación como el empleo de las TIC, en tanto se sigue haciendo lo mismo con las herramientas tecnológicas. Innovar significa entre otras cosas, utilizar la evolución de las ciencias de la educación de la mano de las TIC, además ser entendida como un conjunto de procesos, decisiones e intervenciones con su grado de intencionalidad y sistematización. Todo ello no es en modo alguno tarea fácil, ya que se requiere de constancia y tiempo para hacerlo una realidad palpable.
Ser un profesor innovador desde mi ejercicio docente en educación superior, debe suponer romper las barreras de las prácticas pedagógicas tradicionales, proponiendo y ejecutando propuestas alternativas a los problemas pedagógicos, para ello como docente he de contar con la experiencia y conocimientos sobre los contenidos disciplinares y una formación académica (Maestría en Ciencias de la Educación) que permita generar cambios orientados en dotar de herramientas y estrategias a los estudiantes que le faciliten a aprender a aprender.
Como profesor universitario es importante conocer la metodología tradicional y emplear la innovación para establecer estrategias alternativas de aprendizaje, de tal modo que se favorezcan las condiciones del aprendizaje de los estudiantes. A manera de paréntesis he de mencionar que, la práctica docente no finaliza al poner un pie fuera del aula de clases, sino que seguimos ejerciendo dicha función incluso en nuestro hogar, preparando material, consultando bibliografía, desarrollando actividades que faciliten alcanzar los objetivos temáticos de cada asignatura, revisar tareas, evaluaciones y ofrecer asesorías mediante las comunidades virtuales.
Por lo anterior, como profesores nos vemos obligados a dedicar parte de nuestro tiempo personal para buscar información, para incorporarla como un elemento nuevo en la bibliografía de alguna asignatura, para ello debemos tener capacidad para discriminar la abundante información que encontramos en internet, pues todo conocimiento esta propenso al error y a la ilusión.
El uso de las comunidades virtuales como se indicó párrafos atrás, viene a facilitar la práctica docente, de ello son protagonistas las tecnologías de información y comunicación sin las cuales, el ejercicio docente no daría ese salto de lo tradicional a la innovación.
Desarrollo
Estaremos de acuerdo que la innovación se vincula con el cambio, en el contexto de la educación, se ven involucrados diversos sujetos, tanto la institución, los profesores y los estudiantes. Bajo esta premisa, la innovación requiere comprender sobre nuevas alternativas como resultado de involucrar a las tecnologías de información y comunicación, permitiendo otras formas de accionar. Respecto a la innovación, Carbonell (2002) propone una definición “como la serie de intervenciones, decisiones y procesos, con cierto grado de intencionalidad y sistematización que tratan de modificar actitudes, ideas, culturas, contenidos, modelos y prácticas pedagógicas” (p. 17).
Cabe mencionar que la puesta en marcha de éstas alternativas, se presentan en mi práctica docente en el nivel superior, sin embargo, en modo alguno debe entenderse como un accionar exclusivo de éste. A modo personal, he observado que mis compañeros profesores al aplicar la innovación, encuentran resultados parciales, que en ciertas ocasiones resultan ineficaces a la hora de alcanzar los objetivos. “…las innovaciones más sólidas y profundas encuentran sus puntos de referencia en el pensamiento y en las prácticas de las pedagogías progresistas, muy críticas tanto con el modelo de la pedagogía tradicional como con las pedagogías activas psicologistas y espontaneístas”. (Carbonell, 2002, p. 11)
Actualmente la sociedad del conocimiento presenta su impacto en el terreno educativo al vincular las tecnologías de información y comunicación, ya que éstas replantean el ejercicio de enseñar. Es importante mencionar que dichas tecnologías no resuelven todos los problemas del contexto educativo. Al respecto, sí es posible capacitarse en competencias y habilidades tecnológicas, suponiendo todo ello solo una parte, ya que debe priorizarse el análisis y la discriminación de la información relevante para presentar una crítica a la misma, en este contexto “la capacidad de discriminación se vuelve mucho más relevante” (Díaz-Barriga, 2005, p. 26).
Algunos alumnos adolecen del desarrollo de las habilidades de síntesis y redacción por lo que se dedican solo a copiar/pegar información.
Con estos supuestos sobre la búsqueda y uso de la información, Carrión (2007) indica que:
La información sólo se convierte en conocimiento cuando un individuo encuentra un significado en los datos y les da un sentido. Este proceso, a su vez, transforma la misma información en tanto que es resignificada y reinterpretada a la luz de la experiencia que se tiene con ella. (p.3)
En este sentido, cabe hacer mención que, en el contexto de la innovación, es una posibilidad la inclusión de las tecnologías de información y comunicación, tomando en consideración que “las innovaciones que parten desde abajo, desde el propio colectivo docente, tienen más posibilidades de éxito y continuidad que las que emanan desde arriba” (Carbonell, 2002, p. 27).
La innovación que está orientada al campo de la educación viene a significar según Carrión (2007), “mejorar lo que ya existe en el sentido señalado por los ambientes sociales y laborales del mundo de hoy y del futuro próximo” (p. 6).
Al respecto, resulta importante incluir la opinión de Díaz Barriga (2005) referente a las diversas propuestas sobre innovación que han tenido su impacto en la enseñanza de nuestro país y que no han logrado concretarse en el trabajo escolar. Al mismo tiempo invita a reflexionar sobre lo que está ocurriendo con la práctica del profesor, especialmente en la educación superior, por ejemplo, lo concerniente a las exigencias de que es objeto, en aras de incursionar en el terreno de la innovación, abonando a “una amplia negación de la didáctica” (p. 18).

De ahí, que presente una invitación a regresar al “ámbito de la didáctica” con el propósito que el profesor se encuentre en posición de discutir, proponer y defender su actuar docente.

Así mismo, señala que no es una presunción hacer referencia a Comenio, puesto que:

…el fundador de la didáctica consideraba que el núcleo central de la habilidad profesional del docente residía en el conjunto de decisiones que éste habrá de tomar con relación al método de enseñanza…casi podríamos afirmar que sin didáctica no hay forma de que una persona realice su trabajo docente. (Díaz-Barriga, 2005; 12)
Y es precisamente en esta gran diversidad de propuestas en relación con la educación, referidas con el actuar de la enseñanza, que los docentes debemos estar atentos si éstas son resultado de la innovación o son planteamientos que reconsideran algunas aportaciones importantes.
Este trabajo, hace mención a las teorías psicológicas propuestas por Díaz-Barriga, especialmente al constructivismo; considerando que, la mayoría de las propuestas de actualidad se encuentran interesadas tanto en los procesos como en la resolución de problemas de aprendizaje por parte del profesor. De tal modo que es pertinente también mencionar el conductismo como la vieja tradición transmisionista en educación la cual en palabras de Hernández-Rojas (2008), “se sustenta en un magistrocentrismo y se considera que el profesor es el poseedor y depositario del conocimiento, el cual se imparte a los alumnos por medio de un verbalismo exacerbado” (p. 39), y “que una implicación general subyacente en todos los constructivismos, es el reconocimiento del papel activo otorgado a los alumnos y a su actividad constructiva dentro del proceso  de enseñanza y aprendizaje” (p. 70).
Sin embargo, aún con esta diversidad de posiciones, quien debe efectuar las decisiones en cuanto al posicionamiento de su actuar al interior del aula sigue siendo el docente, además de elegir los principios didácticos con los cuales acompañará su metodología y estrategias, con el objetivo fundamental de favorecer las condiciones del aprendizaje. Es así que, con la intención de resultar coherente al elegir las estrategias didácticas desde la posición constructivista, se incorpora el aprendizaje cooperativo en el aula.
El aprendizaje cooperativo de acuerdo a Johnson, Johnson y Holubec (1999), “es el empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás” (p. 14).
En este tipo de aprendizaje, la acción de cooperación se refiere a trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes. Los autores, en mención, consideran que de forma didáctica se utilizan los grupos reducidos, donde los estudiantes trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás.
En el ejercicio de esta estrategia didáctica, es necesario definir que la intención de la división de tareas debe posibilitar que los aportes individuales beneficien al grupo, por lo tanto, el docente debe centrar su atención en el grupo de estudiantes con el propósito de compartir objetivos definidos, es decir, cada uno de los integrantes del grupo tiene señalada una tarea específica en el proyecto, realizando una tarea individual.

El aprendizaje cooperativo, demanda tanto del conocimiento como de la ejercitación del docente, así mismo de la promoción de las condiciones y de los requerimientos de participación por ambos actores del proceso educativo: docentes y estudiantes.

El profesor necesita utilizar esquemas puntuales que le permitan y faciliten la interacción con el grupo, en el entendido que la puesta en práctica de un grupo cooperativo, no es aplicar la magia, en palabras de Johnson, Johnson y Holubec (1999) refieren que:

Algunos tipos de grupos facilitan el aprendizaje de los alumnos y mejoran la calidad de vida en el aula. Otros entorpecen el aprendizaje y provocan insatisfacción y falta de armonía en la clase. Para manejar con eficacia los grupos de aprendizaje, el docente debe saber qué es y qué no es un grupo cooperativo. (p. 16)
En su mayoría, los docentes podemos opinar que en la práctica cotidiana utilizamos la estrategia de grupo cooperativo. Sin embargo, es honesto mencionar que no siempre se obtienen los resultados esperados, ya sea por confiar en la experiencia o por ignorar que existe una diversidad de grupos de aprendizaje.
Los elementos de permanencia y recambio en la práctica docente, entre lo tradicional y la innovación, vienen a formar una amalgama pedagógica que, puesta en marcha propician elementos suficientes para que el proceso de enseñanza y aprendizaje sea eficaz en alcanzar los objetivos.
Solo la vinculación entre aprendizaje y metodología de enseñanza le permitirán al docente establecer estrategias diferentes de aprendizaje, con la única condición de buscar favorecer las condiciones del aprendizaje (Díaz-Barriga, 2005, p. 12)
La elección de la estrategia y la metodología de enseñanza, corresponde a cada profesor, comprender que cada escenario es distinto, aunque los actores sean los mismos, puede ser la misma asignatura, el mismo profesor, los mismos alumnos, pero en días distintos, y ese factor ya hace la diferencia en cuanto al estado de ánimo con el que van los estudiantes, lo cual les permite captar de maneras distintas lo que el profesor intenta transmitir.
Los profesores en la educación superior, no dejamos de ejercer la función docente al concluir nuestra jornada laboral, seguimos siendo docentes en el camino hacia casa, analizando que objetivos fueron alcanzados en clase, cuáles han sido las barreras y limitantes para lograrlos, que podemos cambiar, pues no podemos esperar resultados distintos si seguimos haciendo lo mismo, es decir, nos tomamos enserio (algunos) nuestro papel como facilitadores del conocimiento, buscamos estar actualizados para no quedarnos en lo tradicional sino innovar, mejorar lo que ya tenemos, capacitarnos en las tecnologías de información y comunicación, dedicar tiempo para escudriñar el mundo del internet y seleccionar adecuadamente la información que se requiere para hacer un buen uso de ella en clase.
De acuerdo a Díaz-Barriga (2005):
El profesor se verá obligado a dedicar parte de su tiempo a buscar información en internet, no sólo para conocer el tipo de información en internet, no sólo para conocer el tipo de información a la que se puede acceder desde estos lugares, sino para incorporarla como elemento nuevo en la bibliografía de algún curso. (p. 26)
No basta con solo buscar y seleccionar el primer resultado de la lista de opciones, se ha de verificar la procedencia y el contenido de cada artículo que se puedan aplicar en el contexto de la asignatura que se imparte, de tal modo que esta beneficie el acervo cognitivo del estudiante.
Dentro de mi práctica docente, el manejo de ambientes virtuales suele ser con frecuencia un apoyo para concebir el contacto constante con los estudiantes, de tal modo que, si por causas ajenas a lo planeado la clase se ve interrumpida, los alumnos pueden tener una extensión de mi tiempo para asesorarlos o dirigir las actividades extra áulicas Por ello se debe comprender a las comunidades virtuales de aprendizaje como una propuesta para la enseñanza del nivel superior, que en palabras de Carrión (2001), son “sistemas funcionales específicos, autorreferidos y que tienen capacidad de reproducción” (p. 5).
Generalmente los docentes impartimos las mismas materias a los grupos de semestres iniciales, de tal modo que tenemos la oportunidad de innovar, es decir mejorar lo que ya hemos hecho en busca de mejores resultados, ser sujetos de recibir críticas constructivas en beneficio de la mejora continua en los procesos educativos.
Los docentes debemos ser capaces de generar ambientes de trabajo en campos virtuales, que permitan suprimir la distancia y el tiempo de contacto entre el profesor y el estudiante y entre los mismos estudiantes, foros que permitan construir y reflexionar sus respuestas y al mismo tiempo leer los comentarios de los demás participantes del grupo, adherir aportes, corregir lo ya existente o eliminar lo innecesario.
Todo ello se realiza en mi práctica docente, en la educación superior, pretendiendo conservar los elementos tradicionales, adaptándolos a las nuevas necesidades del siglo XXI, de cara a las necesidades de la sociedad del conocimiento donde la innovación es la llave hacia el futuro.



Conclusiones
Tomando en cuenta las fuentes consultadas, respecto al aprendizaje cooperativo, ciertamente se requiere de una organización por parte del profesor para su ejercicio en la práctica docente, necesitando de la responsabilidad y compromiso adquiridos por parte de los actores involucrados en este proceso.
Dicha acción, debe partir del trabajo colegiado como el conocimiento de los programas de curso, la estructuración y organización de los mismos, con la intención de efectuar su análisis e incorporar el aprendizaje cooperativo como una estrategia didáctica.
No obstante, la presencia de una gran diversidad de tipos de grupos cooperativos, no se puede negar que su elección y ejercicio dependen de la personalidad y estilo del docente, así como de los propósitos educativos que haya establecido en la dinámica de trabajo, el nivel educativo donde se desempeñe, la disciplina de estudio, el ritmo y las condiciones de trabajo.
De ahí, que se coincida con Díaz (2005), cuando señala que no existen cursos iguales, por lo tanto “no hay maestros iguales y no hay grupos de estudiantes iguales” (p. 30).




Bibliografía de Consulta


Carbonell, J. (2002). La aventura de innovar. El cambio en la escuela. Madrid: Morata.
Carrión, C. (2007). Pedagogía para la sociedad del conocimiento. UNESCO.
Carrión, C. (2011). La educación en la sociedad del conocimiento. UNESCO.
Diaz-Barrga, A. (2005). El profesor de educación superior frente a las demandas de los nuevos debates educativos. Perfiles Educativos, 9-30.
Hernández-Rojas, G. (2008). Los constructivismos y sus implicaciones para la educación. Perfiles Educativos, 38-77.
Johnson, D., R., J., & Holubec, E. (1999). El aprendizaje cooperativo en el aula. Buenos Aires: Paidós.




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