jueves, 20 de julio de 2017

¿Aún la extrañas?



-¿Aún la extrañas?.

-¿A quien?. ¿Al amor de mi vida?. No, ni un poquito.

-Que extraño eres. ¿Cómo puede ser el amor de tu vida alguien a quien ni si quiera extrañas?.

-¿Sabes que pasa cuando las frutas maduran, no?.

-¿Se separan del árbol?.

-Así es. Mi amor ahora es como una fruta madura. Y me he separado de mi árbol. Y madurar implica aprender a dejar ir, incluso cuando se trata del amor de tu vida. Por eso no la extraño. Al fin y al cabo, si la vida quiere, nos volverá a reunir. Y si nunca sucede, siempre recordare algo; Ella me hizo conocer el amor, y más que eso, me hizo madurarlo, aprender que amar, no significa poseer.

Fuente: Eduardo Horta G.

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