lunes, 10 de junio de 2019

Los retos y saberes de la educación básica en la era de la complejidad, la diversidad y la incertidumbre



Introducción
Sin lugar a dudas el siglo XXI corresponde a una era en la que el contexto educativo en el nivel básico, se encuentra en constante evolución; ser tradicional o innovador se ha convertido en una apuesta hacia la mejora continua en los procesos de enseñanza y aprendizaje, donde la innovación se ha de anteponer a cualquier paradigma educativo si queremos adaptarnos a los retos que exige la sociedad.
En el presente ensayo se presentan algunos indicios acerca de los retos y saberes necesarios en la educación, tomando como directrices la complejidad, la diversidad y la incertidumbre, además de retomar la profundización de desigualdades y fragmentación sociocultural, el analfabetismo tecnológico que este a su vez, incrementa las brechas del conocimiento, todo ello representan los desafíos actuales que la escuela, los profesores y demás actores implicados en la acción educativa se ven afectados en el proceso del cambio y la mejora.
En este mismo orden de ideas los propósitos que se pretenden reconocer y enfatizar son: la problematización los desafíos, los saberes, teorías, enfoques y perspectivas que la guían e identifican en los contextos actuales. Por otra parte, se ha de reconocer la necesidad de replantear en modo reflexivo a los modelos actuales de la enseñanza, así mismo, observar de manera crítica y propositiva los referentes para el cambio y la mejora en la educación básica.
 Con base a lo anterior, se ha de involucrar de manera pertinente y puntual los desafíos de la educación en el presente, los saberes necesarios que exige la sociedad del siglo XXI como aprender a vivir juntos, aprender a aprender y la construcción de aprendizajes relevantes, para ello, se ha de observar desde una óptica reflexiva a las teorías y perspectivas: cognitivista, artística, comprensiva y sociocomunicativa, los paradigmas y perspectivas también ha de formar parte de esta amalgama del conocimiento, y que serán sometidas a la observación reflexiva, la complejidad, el aprendizaje situado y los propósitos de la formación docente, siendo además parte de esta revisión minuciosa, los enfoques de las competencias desde la perspectiva comprensiva, constructiva y holística.
Toda esta matriz conceptual, permitirá alcanzar el cambio en la escuela básica, la función docente, el currículo y los modelos actuales de enseñanza y aprendizaje.
Si bien, la práctica docente, particularmente en la educación básica, ha sido testigo de cómo los estudiantes no muestran interés por las clases debido a que no se involucran con el conocimiento que se les ofrece o porque no saben en que aplicar dicho conocimiento. Es menester de los profesores facilitar que los estudiantes aprendan por sí mismos, que surja esa necesidad de aprender.
Lo anterior debería de lograrse siendo innovador en el aula, sin embargo, la innovación es ir más allá que los docentes apliquen algo nuevo en el aula de clase, como el uso de computadoras o medios virtuales, o cambiar los libros por los foros o blogs. Innovar también significa cambiar el pensamiento por uno crítico, analítico y reflexivo, generar otros ambientes de aprendizaje colaborativo y cooperativo permitiendo el aprendizaje grupal, y dicho sea de paso mejorar la interacción entre profesores y estudiantes.
En este sentido, se comete, el error de concebir a la innovación como el empleo de las TIC, en tanto se sigue haciendo lo mismo con las herramientas tecnológicas. Innovar significa entre otras cosas, utilizar la evolución de las ciencias de la educación de la mano de las TIC, además ser entendida como “un conjunto de procesos, decisiones e intervenciones con su grado de intencionalidad y sistematización” (Carbonell, 2002, p. 11). Todo ello no es en modo alguno tarea fácil, ya que se requiere de constancia y tiempo para hacerlo una realidad palpable.
Ser un profesor innovador, debe suponer romper las barreras de las prácticas pedagógicas tradicionales, proponiendo y ejecutando propuestas alternativas a los problemas pedagógicos, enfrentar los retos y desafíos que exige la educación del siglo XXI
Como profesor es importante conocer la metodología tradicional, los enfoques, los paradigmas, teorías y perspectivas y emplear la innovación aunado a un pensamiento crítico, analítico, reflexivo y propositivo para establecer estrategias y alternativas de aprendizaje vinculadas con la innovación, de tal modo que se favorezcan las condiciones del aprendizaje en los contextos actuales.
Desarrollo
Innovación en la enseñanza
Partiendo de la premisa, que la innovación se vincula con el cambio, en el contexto de la educación, se ven involucrados diversos sujetos, tanto la institución, los profesores y los estudiantes. Por lo antes expuesto, la innovación requiere comprender sobre nuevas alternativas como resultado de involucrar a las tecnologías de información y comunicación, permitiendo otras formas de accionar. Respecto a la innovación, Carbonell (2002) propone una definición “como la serie de intervenciones, decisiones y procesos, con cierto grado de intencionalidad y sistematización que tratan de modificar actitudes, ideas, culturas, contenidos, modelos y prácticas pedagógicas” (p. 17).
Cabe mencionar que la puesta en marcha de éstas alternativas, se presentan en la práctica docente en el nivel básico, sin embargo, en modo alguno no debe entenderse como un accionar exclusivo de éste. Al respecto se ha observado en docentes del nivel referido que, al aplicar la innovación, encuentran resultados parciales, que en ciertas ocasiones resultan ineficaces a la hora de alcanzar los objetivos. “…las innovaciones más sólidas y profundas encuentran sus puntos de referencia en el pensamiento y en las prácticas de las pedagogías progresistas, muy críticas tanto con el modelo de la pedagogía tradicional como con las pedagogías activas psicologistas y espontaneístas”. (Carbonell, 2002, p. 11)
Actualmente la sociedad del conocimiento presenta su impacto en el terreno educativo al vincular las tecnologías de información y comunicación, ya que de acuerdo a Díaz-Barriga (2005) “éstas replantean el ejercicio de enseñar ” (p. 25). Es importante mencionar que dichas tecnologías no resuelven todos los problemas del contexto educativo. Al respecto, sí es posible capacitarse en competencias y habilidades tecnológicas, suponiendo todo ello solo una parte, ya que debe priorizarse el análisis y la discriminación de la información relevante para presentar una crítica a la misma, en este contexto “la capacidad de discriminación se vuelve mucho más relevante” (Díaz-Barriga, 2005, p. 26).
Algunos alumnos adolecen del desarrollo de las habilidades de síntesis y redacción por lo que se dedican solo a copiar/pegar información.
Con estos supuestos sobre la búsqueda y uso de la información, Carrión (2007) indica que:
La información sólo se convierte en conocimiento cuando un individuo encuentra un significado en los datos y les da un sentido. Este proceso, a su vez, transforma la misma información en tanto que es resignificada y reinterpretada a la luz de la experiencia que se tiene con ella. (p.3)
En este sentido, cabe hacer mención que, en el contexto actual, la innovación, es una posibilidad para la inclusión de las tecnologías de información y comunicación, tomando en consideración que “las innovaciones que parten desde abajo, desde el propio colectivo docente, tienen más posibilidades de éxito y continuidad que las que emanan desde arriba” (Carbonell, 2002, p. 27). La innovación que está orientada al campo de la educación viene a significar según Carrión (2007), “mejorar lo que ya existe en el sentido señalado por los ambientes sociales y laborales del mundo de hoy y del futuro próximo” (p. 6).
De ahí, que presente una invitación a regresar al “ámbito de la didáctica” con el propósito de que el profesor se encuentre en posición de discutir, proponer, analizar y defender su actuar docente desde una mirada reflexiva que permita enfrentar los desafíos y poner en acción los saberes necesarios para la educación básica del presente siglo.

Concepciones didácticas entre la teoría y la práctica
En el marco de las observaciones anteriores se ha de mencionar que, los objetivos de aprendizaje: comprender y valorar las perspectivas fundamentales del conocimiento didáctico y su proyección en la mejora de la práctica docente, se han de “interpretar las diferentes concepciones de la Didáctica y construir un marco propio de reflexión e indagación de la teoría y la práctica didáctica” (Medina y Salvador, 2002, p. 41). Lo anterior supone que, la didáctica se ha de vincular estrechamente entre la teoría y la práctica en el ejercicio docente, proyectado sobre un beneficio en la mejora del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Para tales fines la didáctica requiere de un marco epistemológico, un núcleo representativo de programas, líneas y núcleos de investigación, la aplicación, diseño del currículum o del proceso de enseñanza-aprendizaje, en este sentido, desde la perspectiva científico-tecnológica, Medina y Salvador (2002) indican que, “una de las actividades de las comunidades científicas, es construir y consolidar el saber en torno a problemas y aspectos esenciales de los seres humanos y su realidad, profundizando en las causas y descubriendo los efectos de tales causas” (p. 43). Ante ello, resulta pertinente mencionar que, la enseñanza de los saberes, debe ir orientada a que los estudiantes apliquen los conocimientos en problemas reales de su entorno, analizando las causas y efectos que los provocan, de tal modo que sea capaz de proponer soluciones adecuadas de acuerdo al tipo de contexto donde se involucre.
El aprendizaje situado
La escuela tiene actualmente el imperativo de contribuir a que los alumnos desarrollen una inteligencia crítica, además que las finalidades de la educación como los criterios pedagógicos en vigor, remiten directamente al contexto social e implican de una u otra manera al aprendizaje situado, el cual es entendido genéricamente como una forma de crear significado desde las actividades cotiddianas de la vida diaria, todo ello es entendido como el resultado de la relación dinámica que se establece entre quien aprende y el entorno sociocultural en el que ejerce su acción o actividad.
Sagástegui (2002) propone que “todo proceso cognoscitivo ocurre a través de prácticas sociales ubicadas en un determinado contexto social y simbólico, en donde diferentes personas intervienen de manera directa o indirecta” (p. 32). De este modo la cognición se lleva a cabo en actividades desarrolladas en contacto con la sociedad y con mediaciones culturales que se ven ligadas grupalmente, lenguajes, símbolos, representaciones, medios e instrumentos. Todas estas consecuencias del redimensionamiento de la cognición son considerables para la educación.
En este orden de ideas, lo que ya estaba establecido sobre la actividad educativa escolar se trastocó, para obrar en consecuencia, objetivos y prácticas escolares requieren contextualizar la actividad, el conocimiento y el aprendizaje. De esta forma la autora refiere que la cognición situada invierte la unidad de análisis al hacer hincapié en la capacidad de la actividad social para modelar la cognición, la cual es la actividad donde los agentes, la situación, la cognición y la realidad toman forma y se constituyen mutuamente.
El carácter situado de la cognición es el reconocimiento de la naturaleza necesariamente indeterminada de la actividad humana y de su poder creador” (Sagástegui, 2002, p. 33), en otras palabras, las formas en como se asumen los problemas son dependientes del signifcado atribuido por las personas a sus experiencias y crean la forma en que sus saberes se construyen, se modifican y se ponen en juego, siempre en función de una situación concreta. El aprendizaje es siempre situado, las actividades involucradas en los contextos de experiencias mas complejos o más banales de las personas consisten principalmente en plantear dilemas y problemas.
De las competencias o el pensamiento práctico
Las competencias conductistas son fragmentadas, mecánicas y sumativas, de acuerdo a la OCDE (2002), ser competente es ser capaz de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada , de este modo el autor sigue indicando sobre las competencias como observa con PISA, la cual indica que la competencia se demuestra cuando se aplican los conocimientos adquiridos a las tareas y retos cotidianos y a los entornos extraescolares, previa valoración de distintas opciones y toma de decisiones.
Los retos educativos en la sociedad basada en la información, demuestra que la era de la información, exige competencias de adquisición, uso, análisis, creación y comunicación de la información; por otra parte, la nueva función de la escuela no consiste ya en la cantidad de información, sino la calidad de la misma. Desarrollar la capacidad de entenderla, procesarla, seleccionarla, organizarla y transformarla en conocimientos, al respecto Pérez (2008) indica que:
Los sistemas educativos, por tanto, afrontan, en las democracias actuales, dos grandes retos que están íntimamente relacionados: por un lado, consolidar una escuela comprensiva que permita el máximo desarrollo de las capacidades de cada persona, respetando la diversidad y asegurando la equidad de acceso a la educación y compensando las desigualdades; por otro, favorecer la formación de sujetos autónomos, capaces de tomar decisiones informadas sobre su propia vida y de participar de manera relativamente autónoma en la vida profesional y social. (p. 64).
De este modo no hay que olvidar que los sistemas educativos contemporáneos tienen que afrontar un inevitable dilema, apoyar en la investigación y preparar a los individuos y grupos a manejar y vivir inmersos en tales contextos de complejidad e incertidumbre.
De acuerdo a lo anterior se aborda el aprendizaje relevante, la construcción de significados y la formación del conocimiento, indicando que, por medio de la socialización la persona, desarrolla sus habilidades, conocimientos, esquemas de pensamiento, actitudes afectos y formas de comportamiento
De los siete saberes necesarios para la educación del futuro
En el contexto actual existen problemas centrales o fundamentales que permanecen por completo ignorados u olvidados, mismos que son necesarios para enseñar en el siglo XXI. De acuerdo a Morín (1999), “hay siete saberes fundamentales que la educación del futuro debería tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultura sin excepción alguna ni rechazo según los usos y las reglas propias de cada sociedad y de cada cultura” (p. 1).
De acuerdo a lo anterior, se debe situar la condición humana, la cual, no es provisional, sino que enfrenta diversos misterios concernientes a todo lo que lo rodea, incluyendo el nacimiento del ser humano. Los sietes saberes que propone son: enfrentar las cegueras del conocimiento, alimentar los principios de un conocimiento pertinente, enseñar la condición humana, enseñar la identidad terrenal, enfrentar las incertidumbres, enseñar la comprensión y cultivar la ética del género humano.
Con base a lo anterior, se puede internar con clara profundidad en los rincones secretos del ser humano y construir una serie de redes o bucles para representar el mapa de la compleja condición humana.
La docencia está preparada para la enseñanza, sin embargo, aún no queda claro el aspecto del aprendizaje y esto conlleva a conocer el aspecto humano que hace a cada individuo único e irrepetible, el cual fomenta a su vez las barreras del conocimiento




Conclusiones
Los desafíos que exigen la sociedad del conocimiento del siglo XXI, deben ser afrontados desde diversas dimensiones, comprender conceptos complicados de entender y que corresponden a procesos que han evolucionado a través del tiempo, considerar las competencias, los enfoques, las teorías, la práctica, el aprendizaje situado, la innovación, todos estos aspectos como una amalgama que contribuye al objetivo principal del proceso de enseñanza y aprendizaje.
La enseñanza debe estar situada bajo un contexto específico, mismo que de la mano de la experiencia conlleven a soluciones viables y reales, adaptando los modelos pedagógicos a las necesidades actuales. Los modelos pedagógicos que rigen el ámbito educativo actual, deben ser coadyuvados por el aprendizaje situado, mismo que involucra el entorno social, las experiencias pasadas, el desarrollo de actividades cotidianas, es decir aplicar la cognición a diversos problemas con el apoyo de la experiencia, ajustándose de una forma específica al contexto social. Esto es, un proceso único, matizado por la experiencia personal que se hace evidente en el lenguaje, en nuestras decisiones y pensamientos y sobre todo en el estilo de la interacción que construimos con los demás.

 




Referencias bibliográficas

Carbonell, J. (2002). La aventura de innovar. El cambio en la escuela. Madrid: Morata.
Carrión, C. (2007). Pedagogía para la sociedad del conocimiento. UNESCO.
Diaz-Barrga, A. (2005). El profesor de educación superior frente a las demandas de los nuevos debates educativos. Perfiles Educativos, 9-30.
Medina, A., & Salvador, F. (2002). Didáctica General. Madrid: Pearson Educación.
Morín, E. (1999). Los Sietes Saberes Necesarios para la Educación del Futuro. (M. Vallejo-Gómez, Trad.) Francia: UNESCO. Obtenido de http://unesdoc.unesco.org/images/0011/001177/117740so.pdf
Pérez, Á. (2008). ¿Competencias o pensamiento práctico? La construcción de los significados de representación y de acción. Madrid: Morata.
Sagástegui, D. (febrero-julio de 2004). Una apuesta por la cultura: el aprendizaje situado. Revista Electrónica Sinéctica,(24), 30-39. Obtenido de http://www.redalyc.org/pdf/998/99815918005.pdf







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