Introducción
Desde
hace décadas se puede afirmar que la educación es el principal factor generador
de bienestar social, desarrollo e igualdad, por consecuencia uno de los valores
más importantes de la humanidad. Sin embargo ¿Qué tan cierto es que la
educación sea un factor decisivo para generar estos beneficios?
Hablar de
la educación en México es un tema complejo, en él se ven involucrados factores sociales, políticos, económicos e
históricos, estos a su vez forman parte de los grupos sociales con necesidades
propias y particulares, de aquí se desprenden diversas barreras que limitan o
impiden que los objetivos educativos sean alcanzados.
Como en
cualquier otro país, el Sistema Educativo Mexicano se encuentra conformado por
Leyes, normas, instituciones, tecnologías, recursos didácticos y pedagógicos,
todos ellos encaminados al quehacer educativo dirigido a la población mexicana,
este no es un simple sistema estático, sino uno en constante transformación,
atendiendo a las necesidades en un contexto político, social y económico.
Diversos
organismos internacionales coadyuvan en los objetivos educativos en México, El
Banco Internacional de Desarrollo, Banco Mundial, la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos, la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación la Ciencia y la Cultura, algunos de estas promueven los
apoyos necesarios en materia económica, otros en materia de asesoramiento,
ofreciendo opiniones y recomendaciones. La puesta en marcha y duración de los
proyectos educativos nacionales depende de la administración pública federal,
estatal y a veces hasta municipal; algunas de las opiniones y recomendaciones
de los organismos internacionales no son tomados en cuenta por nuestro país.
De la educación como generador de bienestar
social
El Sistema Educativo Mexicano (SEM) provee a la ciudadanía de
herramientas teóricas y prácticas para desempeñar un oficio, mismo que nos ha
de generar una remuneración con la cual subsistir, tomando en cuenta la premisa
que, a mayor estudio, mejores oportunidades de trabajo, tener estudios mínimos
no provee de las mismas oportunidades que contar con una carrera universitaria,
esta última nos habilita para mejores trabajos, mejores sueldos, traduciéndolos
en comodidades para el bienestar. Se tiene que la formación profesional como lo
define Ibarra (2005), “Es
la propuesta de una formación integral que comprenda las capacidades y
competencias para acceder al mundo del trabajo…” (p. 3). Por otra parte, la formación
profesional en palabras de Germe (2002), “permiten
acceder a los oficios existentes, la posesión de una formación tiene el valor
de pasaporte de acceso al oficio” (p. 21), esta aseveración concuerda con
Ibarra, siguiendo las menciones anteriores, se puede
acordar que la formación profesional dota de capacidades y competencias a los
estudiantes para acceder al oficio en el campo laboral, además confirman que estudiar es la llave
para mejores oportunidades laborales y por consecuencia generar bienestar y
mejorar la calidad de vida con comodidades, alimentación, vestimenta y
vivienda.
Considero
que las afirmaciones no son del todo cierto ya que tenemos la otra cara de la
moneda, que nos remite a pensar en si
realmente existen estas oportunidades laborales, la situación
laboral es vivida e interpretada de formas diversas, de acuerdo con
circunstancias individuales puntuales y de la forma en que cada persona afronta
el problema. En México este problema ha venido a significar uno de los
principales retos para el crecimiento económico, al respecto Ruiz y Ordaz (2010) mencionan:
La capacidad de la economía mexicana para
generar empleos productivos, al menos al mismo ritmo que crece la población en
edad laboral, es uno de los principales retos que ha enfrentado el país desde
principios de los ochenta. Se puede afirmar, sin duda, que se mantendrá como el principal reto del
futuro, si no se reactiva realmente el crecimiento económico y se emplea
productivamente la creciente oferta de mano de obra. (p. 91)
En este sentido el desempleo se convierte
es uno de los principales problemas de la economía mexicana, “…debido al
incremento del desempleo y los bajos salarios que tiene el país estimulan a las
personas a emigrar” (Figueroa et al.
2012, p. 835).
Aunado a lo anterior, si en el extranjero
también se da este fenómeno de desempleo en los mexicanos, las remesas
disminuyen lo que conduce a que las familias en México perciban menos ingreso y
se eleve la pobreza.
Todo este contexto nos conduce a suponer
que el SEM no cumple con las expectativas que la actualidad demanda, al egresar
no brinca de manera inmediata al campo laboral por algunas de las razones ya
expuestas, por otra parte “habrá egresados que requieran de una especialización
o un posgrado para buscar el área específica de su profesión a la cual dedicarse”
(Fuentes, 2010, p. 237). Nuevamente observamos que la formación profesional en
este caso, inicial, no es suficiente, sino que se requiere cada vez de más y
más nivel académico.
Se dice fácil, hay que estudiar para salir
adelante, pero debemos tomar en cuenta el contexto social, político y
económico, pues de ellos surgen limitantes que impiden que el SEM proporcione
el servicio de calidad que la nación necesita, que la sociedad exige y que el
sector laboral demanda.
De las
barreras que limitan el Sistema Educativo Mexicano
Existen
factores que limitan el desarrollo y evolución del SEM, entre los más comunes,
los económicos pues como se mencionó anteriormente el desempleo es un generador
de pobreza y nuestro país no está exento a esta problemática, al respecto, UNICEF/UNESCO (2008), indican lo siguiente:
La pobreza es un factor esencial que impide o
dificulta gravemente la matriculación, el cursar toda la enseñanza primaria y
secundaria y el obtener buenos resultados escolares, y es habitual que los
niños de minorías étnicas y comunidades indígenas no concluyan los estudios.
(p. 17)
La falta de recursos económicos ha sido
uno de los principales problemas que involucran entornos como la salud, la
vivienda y en este caso, la educación. Si bien es cierto que “Toda la educación
que el Estado imparta será gratuita” (Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, Art. 3°, Fracc. IV) la realidad es que esto no se cumple
cabalmente, pues existe un cobro por inscripción, cuotas de mantenimiento, para
libros, para apoyos, entre otros gastos como útiles escolares, uniforme, todos
estos gastos nos hacen pensar que la educación que imparte el Estado no es tan
gratuita como se pretende. Rodríguez (2015) indica que:
Las primeras en sufrir las consecuencias
de la falsa gratuidad de las escuelas son las madres viudas, divorciadas y
solteras de escasos recursos (con ingresos menores de 6 mil pesos mensuales).
(p.1)
Al parecer la problemática se extiende a
que las escuelas de tiempo completo no lo son en realidad pues esto obliga a
padres de familia a abandonar momentáneamente sus puestos de trabajo para
recoger a sus hijos en las escuelas, derivando en problemas laborales que
incluyen descuentos en sus nóminas e incluso despidos por no completar su
jornada laboral. Aunado a esta barrera que limita la educación nos encontramos
con modelos pedagógicos que si bien al inicio resultan innovadores,
vanguardistas y que presumen ser la solución a los problemas educativos de
rezago, deserción o calidad, no se ajustan a la realidad o no cumplen con el
tiempo suficiente para que tengan éxito.
De acuerdo a la Embajada de Finlandia, Madrid (2017) “El nivel
educativo en Finlandia es elevado. En comparaciones internacionales Finlandia
se sitúa entre los primeros países a nivel mundial” (p.1). Tal vez algunos se
preguntarán ¿Por qué no adoptar el modelo finlandés en nuestro país? Esto no
funcionaría puesto que la inversión que se destina del PIB al sector educativo
en ambos países es distinta, mientras que México destina el 5.2 % Finlandia
aporta el 6.5 % (Embajada de Finlandia, Madrid, 2017; Expansión 2015).
Pequeña pero gran diferencia lo que representan esos puntos
porcentuales en inversión destinada a la educación. Desde luego el Sistema
Educativo Mexicano recibe apoyos económicos de organismos internacionales, así
como también asesoramiento y opiniones en materia educativa, sin embargo por
razones que a tienden a los contextos referidos no se aplican en nuestro país.
De las recomendaciones de la UNESCO para el Sistema Educativo
Mexicano
El siglo XXI corresponde a una era en constante
cambio, particularmente México en materia educativa ha evolucionado, tal vez no
con la rapidez y eficacia que la sociedad contemporánea demanda, pero los
esfuerzos por afrontar los retos actuales no dejan de rendir resultados
positivos. Para encarar la problemática en el sector educativo, el país debe
tomar en cuenta recomendaciones que organismos internacionales como la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura
(UNESCO), dan a conocer mediante las conferencias regionales y mundiales
La misión de la UNESCO consiste en contribuir a la consolidación
de la paz, la erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible y el diálogo
intercultural mediante la educación, las ciencias, la cultura, la comunicación
y la información. (UNESCO, 2009, p. 3)
En
cuanto a esta misión, la agencia a través de la Conferencia Regional de La
Habana en 1996 reiteró que “La educación
general, y la superior, son instrumentos esenciales para enfrentar exitosamente
los desafíos del mundo moderno”
(UNESCO, citado por Tünnermann, 2010, p. 6). A este respecto la
recomendación desde 1979 fue que los países inviertan en el sector educativo,
al menos entre el 7 y el 8% del Producto Interno Bruto, sin embargo en México
no se alcanza ese porcentaje.
De acuerdo a Expansión (2015) México invierte
el 5.2 del PIB en educación. Esto indica que no se toma en cuenta la
recomendación de la UNESCO en nuestro país.
Respecto a la igualdad de acceso, los logros
son calificados como parciales, dadas las bajas tasas de escolaridad que aún
prevalecen en la educación superior, los esfuerzos son insuficientes en cuanto
a la elevación de la matrícula de jóvenes de origen indígena mediante el apoyo
de los sistemas de becas.
Por otra parte una recomendación más, ha sido
sobre el financiamiento, dado que es deber ineludible del gobierno financiar la
educación superior pública.
Se recomendó además que las instituciones de
educación superior deberían adoptar estructuras organizativas y estrategias
educativas que les confieran un alto grado de agilidad y flexibilidad. También,
y no menos importante es lo referente a la revalorización de la pedagogía
universitaria y la renovación de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Sin duda las recomendaciones de la UNESCO han
estado puestas sobre la mesa, sin embargo, la antesala de sus aplicaciones se
remiten al factor económico dado que México no toma en cuenta la recomendación
de destinar el porcentaje sugerido del PIB al sector educativo, lo cual deriva
en menores proyectos educativos, becas, cobertura, acceso y permanencia de los
estudiantes de nivel superior.
La intención es positiva, sin embargo al no dar
el salto necesario que exige un sector tan lastimado como lo es el educativo en
materia económica y financiera, difícilmente se conseguirán los cambios
necesarios para enfrentar los retos de la sociedad actual.
Conclusión
El SEM provee de educación al pueblo mexicano,
permitiendo que los estudiantes se formen profesionalmente para obtener mejores
oportunidades laborales, que a su vez se traducen en mejores salarios y por
consecuencia una mejor calidad de vida, como se expuso, en la actualidad surge
con frecuencia que no es suficiente terminar una carrera universitaria para
competir en el mundo laboral, algunos deben estudiar una especialidad o un
posgrado para aumentar sus posibilidades de ocupación; la pobreza en México juega
un papel importante en los objetivos de cualquier Sistema Educativo,
especialmente el de nuestro país que ha sido castigado y oprimido por factores
de carácter político, social y económico, los modelos educativos se vuelven
obsoletos según avanza nuestra sociedad y surgen nuevos programas, mismos que
en su mayoría han de durar lo mismo que una administración pública federal,
para en el mejor de los casos darle continuidad o dejarlos en el olvido como
sucedió con programas como Enciclomedia, escuelas de tiempo completo, escuelas
de calidad entre otras cuyo objetivo me atrevo a afirmar es solo una cara de la
moneda que exhiben los políticos a manera de proselitismo.
¿Será que un día estas políticas nos favorezcan
de manera permanente y se asegure la continuidad y actualización de los
programas en pro de los estudiantes, o seguiremos siendo objeto de una
propuesta para motivar el voto electoral?
Dr. Alberto González Lira
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