Después de las 9:00 p.m. en ciudad Cardel, al
parecer el reglamento de tránsito y vialidad para el Estado de Veracruz de
Ignacio de la Llave parece quedar sin vigencia, que los oficiales
correspondientes de tránsito prefieren hacer caso omiso de sus funciones o que
los motociclistas se creen inmortales y que no están sujetos a la posibilidad
de un accidente en sus vehículos al no portar equipo protector adecuadamente.
Durante el día de ayer viernes 26 de julio en un
recorrido desde San Pancho hasta cerca de la colonia Cabezas en horario de 9:15
a 9:55 p.m., observé al menos 30 motos, solo tres llevaban casco y de esos tres
solo uno lo llevaba adecuadamente, otro lo portaba en el brazo y el último,
como si fuera una cofia de enfermera, apenas por encima de la cabeza.
Por supuesto no faltaron las motos que no llevaban
luces, lo cual representa un peligro adicional hacia los transeúntes, u otros
conductores ya sea de motos o automóviles, el exceso de velocidad, conducir en
estado inconveniente con exceso de pasajeros (hasta 5 por moto + la mascota)
son factores que sin duda aumentan las posibilidades de un siniestro con
desenlace de grave a fatal.
Hablar de portar una póliza de seguro para la moto
con cobertura amplia o de responsabilidad civil, es a mi parecer una
posibilidad de 1 de cada 100 motociclistas y eso porque ya viene incluida como
promoción en la compra de la unidad.
Las justificaciones son variadas que van desde
“solo voy aquí adelante”, “conduzco a baja velocidad” hasta “se me olvidó” “me
despeino” o “me lo robaron” siempre hay una justificación para no portar el
casco, sin embargo, los accidentes no respetan ninguna de estas condiciones, el
susto, el golpe, las lesiones, fracturas, o la vida misma es por igual para
todos.
Otra falta que encuentro es conducir con bebés
(recién nacidos hasta los 10 años). Conozco personas adultas que odian viajar
en moto y tienen la facultad de decir “no gracias, a una moto no me subo” pero
un bebé, un niño de hasta 10 años que le dice su mamá o papá, ¡súbete! no puede
decidir, muchos menos un bebé que no puede ni hablar.
Imprudentes habemos muchos, accidentes a diario,
decesos también. ¿Qué nos hace falta para abrir los ojos?
Nadie experimenta en cabeza ajena...nadie.