Hoy en día no hace
falta ser militar como Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero, López de Santa
Ana, Porfirio Díaz, Álvaro Obregón o Ávila Camacho, solo por mencionar algunos
para ser Presidente de la República o para ocupar un cargo público, de hecho,
ni estudiar se necesita.
Sin embargo, en mi
humilde opinión no estoy de acuerdo con las prácticas de democracia en cuanto a
la elección de nuestros servidores públicos, particularmente los legisladores
(Senadores y Diputados), Presidentes Municipales y demás.
Desde tiempo se ha
venido observando que no hace falta tener estudios para tomar las riendas de
una administración pública o para ser legislador.
Es imposible que un
legislador (el que promueve las leyes) no tenga por lo menos una Licenciatura
en Derecho y que contrariamente a esto se permita que artistas, futbolistas y
demás personajes de la farándula ostenten cargos tan importantes para los
mexicanos.
¿Qué resultados
tenemos de esto?
Escasa e incluso nula la iniciativa de leyes bien
fundamentadas por estos personajes. Legisladores que solo levantan el dedo,
otros que se duermen en sesiones, otros que de plano ni se presentan.
Eso sí, ganan
(entre dieta, prestaciones y apoyos) lo que 100 trabajadores humildes ganan al
mes.
¿Para qué queremos
personas así?
Urge que estas
prácticas desaparezcan, pues afectan en gran medida al progreso de México.
Aclaro: no tengo
encono hacia los deportistas, actores, cantantes, etc.
...pero, zapatero a
tu zapato.