Cada mes, significa un tiempo de
oportunidades, junio lo fue, aprendí de una serie de situaciones que la vida es
más que algo pasajero, que con nuestras acciones podemos cambiar el rumbo de
nuestros destinos, a principios de este mes inicie una nueva materia en la
maestría, casi me saca las canas verdes de tanta actividad de aprendizaje,
muchas horas de arduo trabajo que espero se vean recompensadas no en el corto
plazo, pero si a futuro, conocí nuevos alumnos, ahora los de cuarto semestre de
la licenciatura en contabilidad, les impartí la materia de Finanzas I, me volví
a reencontrar con los chicos de cuarto semestre de la misma licenciatura ahora
con la materia de Auditoria, y finalmente a los de segundo semestre con
Contabilidad Administrativa, desempolvar esos viejos libros no fue tarea fácil,
pero si lo difícil se hiciera fácil, cualquiera lo haría (Alemán, 2014).
Asistí a algunos eventos de la
universidad donde laboro, llevando promoción a escuelas preparatorias de San
Isidro, Mozomboa, Cardel, Palma Sola, Carranza, Vega de la Torre entre otras.
La feria vocacional en el CBTa 17 fue todo un éxito, así como las distintas
ocasiones en que participamos en la promoción en el parque Revolución en la
ciudad de Cardel, Ver.
Festejamos los cumpleaños de
varios compañeros de CEVES, la hemos pasado maravillosamente, las relaciones
con ellos se han fortalecido día con día.
En resumen de este breve
acercamiento a la realidad de junio, la actividad propia del individuo, es
conocer y dejarse conocer, amar y permitirse ser amado, dejarse querer pues sin
las relaciones interpersonales no seriamos más que seres que van y vienen sin
un sentido objetivo.